Errar es urbano. Para una hodologia de Lisboa

Resumen

El artículo presenta la genealogía histórica de la preferencia que se ha dado al coche en la ciudad y los cambios concomitantes en el urbanismo, en la peatonalidad y en la creación y preservación de lugares saludables para el ejercicio de la ciudadanía. Pretendemos demostrar que la adopción generalizada de la automovilidad como una tecnología de impacto múltiple y perjudicial, además de haber afectado a una metodología general para el diseño del espacio, ha llevado a una erosión de la marcha y del sentido de lugar en los centros históricos de varias ciudades europeas, sacrificando las necesidades peatonales y la convivencialidad de las calles y el espacio público. En la primera parte, por razones de accesibilidad a los archivos de la Hemeroteca, optamos por presentar el estudio de caso de Lisboa, que ilustra cómo el poder político y los urbanistas se han aliado para modificar la ciudad, valorando el papel de las demoliciones y del automóvil, como una cura para problemas sociales. Nuestro análisis se centrará en los orígenes del Código de la Carretera, y en los discursos del órgano oficial del Automóvil Club de Portugal y en otras revistas contemporáneas, que documentan los cambios en el centro histórico de Lisboa, a mediados del siglo 20. En la segunda parte, a través de un análisis fenomenológico, examinamos cómo el caminar y la conducción motorizada constituyen el mundo de diferentes maneras; cada uno, por lo tanto, promueve un acceso diferenciado a las cualidades de la ciudad, justificando una perspectiva propia en la percepción y la acción en la forma urbana, adoptada por los habitantes de la ciudad y los urbanistas. Concluimos tejiendo algunas consideraciones sobre los efectos de la automovilidad en la vida urbana, por haberse convertido en un presupuesto tácito del urbanismo; el espacio público se convierte progresivamente en parqueos, nodos viales, señales de tráfico y cruces peatonales; los peatones, a su vez, tienen sus gestos, hábitos y comportamientos domesticados y descuidados; la peatonalidad en Portugal de esa manera, pasó a ser social, política y técnicamente invisible, de acuerdo a los modelos científicos y técnicos de la automovilidad.